sábado, 23 de abril de 2011

Y AHORA VIENE LO PEOR... (19/04/2011)

Venta "El Cantarero". Nueve  de la mañana. Por el aparcamiento asoma la expedición de tiempo libre dispuesta a saborear los manjares de las profundidades de la provincia de Cádiz. Allí les espera  una técnico con la careta de José Cabrales. Zurrapa, manteca blanca y colorá distraen las rebanadas varias que cada uno se dispone a catar. Antonio, mi fiel colaborador, llega un poco rezagado pero llega ataviado con su gorrita de campo y con su mochila llena de ilusión. Fotos de cortesía ante la mirada atónita de los lugareños y ponemos rumbo al Picacho serpenteando por las curvas que separan el municipio de Paterna del corazón de los Alcornocales. El día se presenta turbio pero aun así se perciben las ganas de superar un sendero que me enorgullece realizar una vez tras otra. Comenzamos la subida, pasando por las vallas camufladas de verde y por la laguna del Picacho, ambientados por la tala de árboles de los forestales.
El tiempo va respetando mientras nos detenemos en los ejemplares de quejigos, alcornoques, rododendros (la joya del parque) y demas especímenes.

Los alumnos apuntan algunas impresiones en su cuaderno mientras el tiempo lo permite. De pronto Thor golpea con su maza y la lluvia comienza a aflorar. La vegetación se ruboriza cuando aparecen de la nada la capitana Pescanova, algún que otro profiláctico y las capas de los superhéroes verdosos. El colorido de los chubasqueros contrasta con los colores habituales del parque.

Seguimos entrenando los gemelos, subiendo y subiendo. Voy a la cabeza con Juan y algunos de los alumnos mejor entrenados. Antonio va en la cola con los rezagados retratando el ascenso al Pichacho. Tengo tiempo hasta de dar un discurso valiéndome de un panel informativo del parque. Vamos dejando atrás canutos y riachuelos y vamos observando cómo la vegetación cambia a medida que vamos subiendo.
Ni cortos ni perezosos, los alumnos comienzan a abrazar los árboles como si nada, estos chicos se lo creen todo. Es broma, los árboles nos transmiten paz y seguridad.

Cuando llegamos al mirador, el tiempo se pone serio, el viento sopla con fuerza y nos disponemos a llegar al refugio natural que nos va a proteger de viento y lluvia. El viento pega fuerte a 700 m. de altura y se produce una caída antes de llegar. Allí cada uno saca sus manjares y nos disponemos a compartir mesa. Alguno viene realmente bien preparado con fiambreras de pasta, tortilla casera, nísperos y hasta chocolate. Ay madre, quien pillara un bocadillo de chocolate. Antonio nos hace partícipes de sus dotes de poeta pues el saquito caliente viene con nosotros al Picacho.

Me pierdo por los entresijos pedregosos para echar unas foticos al grupo desde arriba. Tras la comida elaboramos una paella muy particular y nos enteramos de la parte que nos gusta más y la que menos del cochino. ¡Qué picarones!
Toca improvisar y recibimos la visita de los moteros, cazafantasmas y otros personajes (chipirichí, chipirichá).
Ahora viene lo peor... La bajada es más lluviosa que la subida y los chubasqueros se convierten en compañeros de viaje, pero eso no nos impide masticar un poco de chicle de lentisco y realizar varias paradas para saborear la belleza del parque. Bajamos y bajamos y Juan se mete en otro sendero y nos perdemos. Es broma, pero el susto se mete en el cuerpo. Desandamos el camino y al llegar a la laguna no es posible encontrar animamitos. ¡Antonio echa una foto a la laguna!
Llegamos a los coches y ahora sí... bocata de chocolate, nísperos y cada uno termina con los restos gastronómicos de su mochila. Están empapados pero siguen cantando y no parece que haya muchas ganas de irse. No nos arrancamos y nos echamos unas fotos como colofón.
Gracias por colaborar  en la actividad de educación ambiental. Sois un grupo ejemplar que os prestáis a todo y así da gusto trabajar.


                                                                              José Cabrales

4 comentarios:

  1. Jose no veas si te has explayado escribiendo! jajaja, un dia muy divertido pero faltó la guinda del pastel y yo esa guinda la corono un día.

    PD: la guinda es coronar el picacho (por si acaso)
    PD2: el reto es subirla cantando carnavales sin parar, jajaja.

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  2. Jose me ha gustado mucho lo que has escrito para mi ha sido una experiencia inolvidable.Para ese dia saco tarjeta AZUL.

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  3. Mejor no lo has podido escribir,la verdad que ha sido una experiencia muy positiva,hoy e estado en la sierra y e visto el matagallos,oh que de cosas aprendimos,gracias

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  4. solo puedo decir very good fandango

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